05. Leer escuchando: "Such a Common Bird" by Ane Brun feat. Wendy McNeill
Una tarde de domingo, como era costumbre, los tres amigos se reunieron en el pequeño balcón del departamento de Lula. Había cervezas sobre la mesa y una playlist tranquila de fondo. San y Mar estaban enfrascados en una discusión sobre cuál era la mejor película queer de los últimos años cuando Lula, de repente, interrumpió con una sonrisa misteriosa.
—Tengo algo que contarles —anunció, cruzando las piernas y tomando un largo sorbo de su cerveza.
—A ver, sorpréndenos, Lula —dijo Mar, apoyando el mentón en la mano, divertido.
—¿Recuerdan que les mencioné la cantina lésbica donde estuve hace unas semanas? —preguntó Lula, mirando a ambos.
San asintió de inmediato.
—Sí, dijiste que era “un espacio sagrado” y que ibas a volver cada semana.
Lula rió.
—Bueno, resulta que conocí a alguien.
Mar se incorporó de golpe, como si acabaran de contarle un secreto de estado.
—¡¿Qué?! ¡¿Lula, nuestra experta en aventuras fugaces, tiene algo que contar sobre alguien?!
Lula alzó una mano para calmar la exageración de Mar.
—Tranquilo, no estoy diciendo que me casé, pero escuchen. Conocí a una chica. Cabello ondulado, sonrisa bonita, y la voz más sensual que he escuchado en mi vida.
—¿Y cómo pasó todo? —preguntó San, intrigado.
—Pues, me acerqué porque estaba sola en la barra, bebiendo un tequila, y parecía fuera de lugar, como si no estuviera segura de estar ahí. Charlamos un rato, y la química fue instantánea. Nos reímos, bailamos, y… bueno, una cosa llevó a la otra —dijo Lula, con una sonrisa que delataba más de lo que decía.
—¿Fue una noche loca? —preguntó Mar, con los ojos brillando de curiosidad.
—Eso pensé al principio. Una noche, nada más. Pero a la mañana siguiente, mientras tomábamos café en mi sala, me di cuenta de que ella era… diferente. No sé cómo explicarlo, pero no quería que se fuera tan rápido.
San la miró sorprendido.
—¿Y qué pasó?
—Pasó que, antes de irse, me dejó una nota escrita en una servilleta. Decía: “Esto no debería haber sido solo una noche”.
Mar soltó un grito de asombro y casi derrama su cerveza.
—¡Lula! ¿Qué hiciste después?
—Le escribí, obviamente —respondió Lula, como si fuera lo más obvio del mundo.
San y Mar intercambiaron miradas incrédulas.
—Espera, espera —interrumpió San—. ¿Estás diciendo que alguien logró romper tu regla de “una y ya”?
Lula se encogió de hombros, un poco incómoda pero con una sonrisa genuina.
—Siento que es diferente. No sé a dónde va esto, pero por ahora, no quiero arruinarlo pensando demasiado.
Mar le dio un golpe suave en el brazo.
—Mirá a nuestra Lula. Si esto no es desarrollo de personaje, no sé qué lo sea.
Los tres rieron, pero en el fondo, Lula sabía que sus amigos estaban tan sorprendidos como ella. Sel. había llegado sin avisar, y aunque no lo diría en voz alta todavía, Lula sentía que esta vez podría ser algo más que una simple aventura.
S...el...
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