23.
Habían transcurrido 2 semanas desde la boda de Mar y la nueva señora García-Lancaster Díaz-Tostado (Lo sé, Mar sufrió/aprovechó tanto el tener 2 apellidos compuestos pero eso ya será otra historia). Planearon su Luna de Miel a Hawaii sin saber las sorpresas que se llevaría durante ese viaje.
Por otro lado, Lula vivía su propia versión de Luna de Miel con Bárbara. Y mientras Lula la llenaba de regalos para su nuevo departamento, ella le daba múltiples orgasmos en agradecimiento, creo que es lo que hacen ahora las nuevas generaciones, ven el sexo como una moneda de cambio y no hay culpa o remordimiento en ello.
Yo, por mi parte seguía trabajando, llevaba una racha de celibato que no me molestaba pero que no pretendía que durara mucho, duraría hasta que yo decidiera dejar ir a Pedro. Ya está, dije su nombre, Pedro, ese hijo de puta que hizo que mi madre y mi familia me desconocieran y tuviera que migrar a Guadalajara.
Pero justo esta semana era la marcha del orgullo y como todos los años asistiría. Hay que dejar claro algo: La marcha del orgullo es como nuestra Navidad, hay tantos paquetes esperando ser abiertos. Así que habría que prepararnos para dicho evento maratónico.
Esa tarde 30° C inundaban la ciudad pero la sensación térmica llegaba hasta los 35°, ya que demasiados cuerpos aglomerados en el centro de Guadalajara no ayudaban a disipar el calor. Hicimos el recorrido caminando aunque tuvimos la oportunidad de subirnos a un contingente pero yo estaba decidido a hacer scouting y entonces ahí fue donde lo vi. A lo lejos, con su tank top beige ajustada, bermudas de mezclilla recortadas, converse de bota blancos con calcetas a juego, gafas de sol enormes y para completar el outfit: una muñequera de arcoíris así como varios collares multicolor de cuentas.
-Vámonos hasta adelante, corre- Le dije a Lula con desesperación y la tomé del brazo.
Casi tiramos a un grupo de dragas que iban delante de nosotros y así fue como nos escabullimos hasta llegar casi al frente de la marcha.
-¿Pero qué pasa? ¿Qué fue todo eso?- Preguntó Lula confundida, acalorada y con medio vaso de la michelada que habíamos comprado 2 kilómetros atrás.
-Wey, estaba ahí y con alguien más, que oso toparnos de frente cuando semanas atrás me juraba casi amor eterno e inolvidable- Dije sin menor reparo.
-Ay cálmate Juan Gabriel, de seguro era un amigo pero si quiero dejar claro ¿Esto no alterará nuestra salida de noche vdd?- Lula ya tenía planeada la noche como todas las noches de marcha donde los límites no los ponemos nosotros.
De pronto mi rostro no sé que expresión hizo que el sopor del día pareció insulso ante el conflicto interno que tuve.