10. Leer escuchando: "Time to Pretend" by MGMT
Era jueves por la noche, y San, Lula y Mar se reunieron en la inauguración del restaurante de Al, un amigo en común que había estado soñando con abrir su propio lugar desde hacía años. El ambiente era cálido, con luces tenues, música suave de fondo, y un delicioso aroma que emanaba de la cocina abierta. Los tres se sentaron en una mesa cerca de la barra, listos para ponerse al día mientras disfrutaban de la comida.
—Bueno- Suspiró Lula como tomando valor- Chicos, tengo algo que contarles —comenzó, después de un par de brindis y un par de risas—. Las cosas con Sel van muy en serio.
Mar levantó las cejas, sorprendido.—¿Serio cómo? ¿De “vamos a adoptar un gato” serio o de “hagamos espacio en el clóset” serio?
Lula rio, aunque su rostro reflejaba un toque de nerviosismo.—Serio como en… ella quiere que me mude a su departamento.
San, que estaba tomando un sorbo de vino, casi se atraganta.—¡¿Mudarte?! ¿Eso no es muy rápido? Apenas nos dijiste que esto iba a ser una aventura de una noche.
Lula se encogió de hombros, sonriendo.—Eso pensé al principio, pero esto… es diferente. Hay algo en ella que me hace querer intentarlo. Todo fluye, y cuando estoy con ella, simplemente me siento feliz.
Mar la miró con una mezcla de admiración y escepticismo.—Vaya, Lula, no te reconocía en eso del “amor romántico”. Pero si estás feliz, entonces yo estoy feliz por ti.
—Lo estoy, y creo que ella también. Aunque no voy a negar que me da un poco de miedo dar este paso.
—Eso es normal —dijo San, sonriendo—. Lo importante es que confíes en lo que quieres. Si algo va mal, sabes que estamos aquí para irnos a embriagar y olvidarla.
La conversación se desvió momentáneamente hacia el plato que compartían, hasta que Mar se aclaró la garganta, atrayendo la atención de los otros dos.
—Hablando de relaciones serias… conocí a alguien.
Lula lo miró con incredulidad.—¿Alguien? ¿Tú? ¿Relaciones?
—Hey, no juzgues lesbiana —respondió Mar con una sonrisa—. La conocí en un bar hace unas semanas, y resulta que también es bisexual.
San y Lula intercambiaron miradas sorprendidas.—¿Y eso es importante? —preguntó San.
Mar asintió.—En mi experiencia, muchas personas tienen prejuicios con eso, tanto hombres como mujeres. Pero con ella es distinto. Lo hablamos desde el principio, y no hubo juicios, solo curiosidad y respeto. Es refrescante, para ser honesto.
—¿Y cómo es ella? —preguntó Lula, inclinándose hacia él con interés.
—Es diseñadora gráfica, adora los videojuegos, y tiene un sentido del humor tan sarcástico que a veces no sé si reír o sentirme insultado —bromeó Mar—. Pero es increíblemente inteligente y… no sé, me hace sentir cómodo siendo yo mismo.
San sonrió, genuinamente feliz por su amigo.—Eso suena a que estás en un buen lugar.
Lula, sin embargo, no pudo evitar burlarse un poco.—¿Y qué sigue? ¿Van a jugar videojuegos juntos y adoptar un perro?
—Tal vez —respondió Mar con un brillo en los ojos—. Pero por ahora, vamos a ver cómo avanzan las cosas.
La noche continuó entre risas, brindis y anécdotas, con cada uno reflexionando sobre los giros inesperados que estaban tomando sus vidas. Mientras disfrutaban de la comida de su amigo chef, San no pudo evitar sentirse agradecido por tener a Lula y Mar a su lado. Aunque su propio camino amoroso seguía siendo una incógnita, saber que ellos estaban avanzando en sus propias historias le daba esperanza.
Y aunque aún tenía que decidir qué hacer con Pippin, July y todo lo demás, esa noche decidió simplemente disfrutar el momento.
10. Leer escuchando: "Time to Pretend" by MGMT
Era jueves por la noche, y San, Lula y Mar se reunieron en la inauguración del restaurante de Al, un amigo en común que había estado soñando con abrir su propio lugar desde hacía años. El ambiente era cálido, con luces tenues, música suave de fondo, y un delicioso aroma que emanaba de la cocina abierta. Los tres se sentaron en una mesa cerca de la barra, listos para ponerse al día mientras disfrutaban de la comida.
—Bueno- Suspiró Lula como tomando valor- Chicos, tengo algo que contarles —comenzó, después de un par de brindis y un par de risas—. Las cosas con Sel van muy en serio.
Mar levantó las cejas, sorprendido.
—¿Serio cómo? ¿De “vamos a adoptar un gato” serio o de “hagamos espacio en el clóset” serio?
Lula rio, aunque su rostro reflejaba un toque de nerviosismo.
—Serio como en… ella quiere que me mude a su departamento.
San, que estaba tomando un sorbo de vino, casi se atraganta.
—¡¿Mudarte?! ¿Eso no es muy rápido? Apenas nos dijiste que esto iba a ser una aventura de una noche.
Lula se encogió de hombros, sonriendo.
—Eso pensé al principio, pero esto… es diferente. Hay algo en ella que me hace querer intentarlo. Todo fluye, y cuando estoy con ella, simplemente me siento feliz.
Mar la miró con una mezcla de admiración y escepticismo.
—Vaya, Lula, no te reconocía en eso del “amor romántico”. Pero si estás feliz, entonces yo estoy feliz por ti.
—Lo estoy, y creo que ella también. Aunque no voy a negar que me da un poco de miedo dar este paso.
—Eso es normal —dijo San, sonriendo—. Lo importante es que confíes en lo que quieres. Si algo va mal, sabes que estamos aquí para irnos a embriagar y olvidarla.
La conversación se desvió momentáneamente hacia el plato que compartían, hasta que Mar se aclaró la garganta, atrayendo la atención de los otros dos.
—Hablando de relaciones serias… conocí a alguien.
Lula lo miró con incredulidad.
—¿Alguien? ¿Tú? ¿Relaciones?
—Hey, no juzgues lesbiana —respondió Mar con una sonrisa—. La conocí en un bar hace unas semanas, y resulta que también es bisexual.
San y Lula intercambiaron miradas sorprendidas.
—¿Y eso es importante? —preguntó San.
Mar asintió.
—En mi experiencia, muchas personas tienen prejuicios con eso, tanto hombres como mujeres. Pero con ella es distinto. Lo hablamos desde el principio, y no hubo juicios, solo curiosidad y respeto. Es refrescante, para ser honesto.
—¿Y cómo es ella? —preguntó Lula, inclinándose hacia él con interés.
—Es diseñadora gráfica, adora los videojuegos, y tiene un sentido del humor tan sarcástico que a veces no sé si reír o sentirme insultado —bromeó Mar—. Pero es increíblemente inteligente y… no sé, me hace sentir cómodo siendo yo mismo.
San sonrió, genuinamente feliz por su amigo.
—Eso suena a que estás en un buen lugar.
Lula, sin embargo, no pudo evitar burlarse un poco.
—¿Y qué sigue? ¿Van a jugar videojuegos juntos y adoptar un perro?
—Tal vez —respondió Mar con un brillo en los ojos—. Pero por ahora, vamos a ver cómo avanzan las cosas.
La noche continuó entre risas, brindis y anécdotas, con cada uno reflexionando sobre los giros inesperados que estaban tomando sus vidas. Mientras disfrutaban de la comida de su amigo chef, San no pudo evitar sentirse agradecido por tener a Lula y Mar a su lado. Aunque su propio camino amoroso seguía siendo una incógnita, saber que ellos estaban avanzando en sus propias historias le daba esperanza.
Y aunque aún tenía que decidir qué hacer con Pippin, July y todo lo demás, esa noche decidió simplemente disfrutar el momento.
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