miércoles, 22 de enero de 2025

P.J.D. Pt.II

09. Leer escuchando: "High an Low" by Empire of the Sun


El domingo por la tarde, San se encontraba en su departamento, aún procesando el caos que había vivido en el evento del viernes. Llamó a Lula y a Mar, para compartir lo ocurrido y buscar algo de claridad. Cuando llegaron, traían una botella de vino y la disposición de escuchar la montaña rusa emocional en la que San se encontraba.

—Ok, empieza desde el principio —dijo Mar, cruzando las piernas en el sofá mientras servía las copas—. ¿Cómo demonios terminaste con los tres en el mismo evento?

San suspiró y comenzó a contarles todo, desde cómo decidió invitar a July como su acompañante, hasta el inesperado encuentro con Deede y la “gran entrada” de Pippin. Lula lo interrumpía de vez en cuando con preguntas incisivas, mientras que Mar soltaba exclamaciones de asombro cada dos minutos.

—¡Espera! ¿Me estás diciendo que July casi se enfrenta a Pippin frente a Deede? —preguntó Lula, incrédula.

—Literalmente estaban midiéndose con la mirada —respondió San, con una mezcla de risa y vergüenza.

Mar se llevó las manos a la cabeza.

—Y tú, ¿qué hiciste?

—Les pedí que se calmaran, pero honestamente, no sabía qué decir. Parecía una escena sacada de una telenovela.

Lula rio, pero luego lo miró con seriedad.

—¿Y cómo terminó todo?

San tomó un sorbo de vino antes de responder.

—Después de que les pedí que pararan, Pippin intentó convencerme de hablar en privado. July se mantuvo cerca como si fuera su guardaespaldas, y Deede… bueno, él solo quería asegurarse de que estuviera bien. Al final, me fui temprano con Julián porque, sinceramente, no podía lidiar con todo al mismo tiempo.

—¿Y luego? —preguntó Mar, inclinándose hacia adelante.

San dejó la copa en la mesa y sonrió ligeramente.

—Luego July y yo tuvimos una conversación. Me dijo que no quería presionarme, que estaba dispuesto a darme el espacio que necesitara. Y sí, bueno… nos besamos.

Lula soltó una carcajada.

—¡Obvio que terminaron besándose! ¿Y los otros dos?

San se encogió de hombros.

—Pippin me escribió al día siguiente. Dice que aún siente lo mismo por mí y que no va a rendirse. Deede no ha dicho nada, pero creo que entendió que esto no va a funcionar entre nosotros.

Mar se recostó en el sofá, procesando todo.

—San, esto suena como un drama, pero al menos parece que sobreviviste. Aunque debo admitir que estoy impresionado de que no terminara en un desastre total.

Lula se levantó y caminó hacia San, apoyando una mano en su hombro.

—San, lo que me sorprende es que, con todo esto, sigas hablando de Pippin. ¿Tú qué quieres realmente?

San suspiró, sintiendo el peso de la pregunta.

—No lo sé. Con July me siento en paz, como si todo fluyera sin complicaciones. Con Deede, es claro que no hay futuro. Pero con Pippin… —hizo una pausa, buscando las palabras—. Con él, es como si todo estuviera inconcluso, como si hubiera algo que no hemos terminado de resolver.

lunes, 20 de enero de 2025

P.J.D...

08. Leer escuchando "Get Around" by Dragonette

San había estado caminando en una cuerda floja emocional durante la última semana. Entre los mensajes que intercambiaba con Pippin, July y July, su vida amorosa se sentía como un torbellino. Cada uno le ofrecía algo distinto: El primero era la nostalgia de un amor perdido, El segundo la pasión inesperada, y Deede la promesa de algo nuevo y emocionante.

Sin embargo, todo comenzó a complicarse cuando uno de sus clientes lo invitó a un evento importante, una gala de networking en un elegante hotel del centro. San pensó que sería una buena idea llevar a July como acompañante, alguien relajado que pudiera disfrutar el evento sin la presión de parecer otra cosa que no fuera un amigo. Lo que no sabía era que esa noche se convertiría en un caos de proporciones épicas.

La llegada con July

San y July llegaron puntuales. July, con una camisa perfectamente planchada y un aire casual pero encantador, se movía por el lugar con la misma facilidad con la que arreglaba bicicletas. San se sintió a gusto a su lado, y la conversación fluía mientras se mezclaban con los invitados.

—¿Siempre son así estos eventos? —preguntó July, inclinándose hacia San mientras sostenía una copa de vino.

—Un poco. Es más sobre aparentar que sobre disfrutar —respondió San con una sonrisa.

Justo cuando empezaban a relajarse, San vio una figura familiar entrando al salón: Pippin. Vestía un traje oscuro impecable, y su presencia exudaba una seguridad que siempre había desarmado a San.

Pippin lo vio al instante y, con una sonrisa que hizo que San se estremeciera, se acercó.

—San, qué sorpresa verte aquí —dijo Pippin, ignorando completamente la presencia de July.

San sintió que el tiempo se detenía.
—Hola… no esperaba encontrarte esta noche.

—Tampoco yo, pero supongo que el destino tenía otros planes —respondió, con una mirada que lo decía todo.

Antes de que San pudiera reaccionar, July, que no era de los que se quedaban callados, extendió la mano.
—Hola, mucho gusto. Acompaño a San esta noche.

Pippin levantó una ceja, evaluando la situación antes de estrecharle la mano.
—Hola, mucho gusto.

San apenas pudo decir algo antes de que otro invitado captara la atención de Pippin, quien se despidió con un “nos vemos más tarde” que dejó a July visiblemente intrigado.

La segunda sorpresa: Deede

Como si la tensión no fuera suficiente, minutos después, San vio a Deede en el otro extremo del salón. Parecía algo fuera de lugar, pero aún así elegante con un blazer casual y su sonrisa cálida. Deede le había mencionado que estaría en un evento cerca, pero jamás pensó que fuera el mismo.

—¿Hola? —dijo San, acercándose para saludarlo.

—¡San! Qué coincidencia verte aquí —respondió, visiblemente feliz de verlo.

Antes de que San pudiera explicarle la situación, July apareció detrás de él con dos copas de vino. Deede lo miró, desconcertado, y luego miró a San.

—¿Y él es…? —preguntó Deede, tratando de sonar casual.

—Ah… es, es un amigo mío. Él me está acompañando esta noche.

El intercambio de miradas fue breve pero intenso. Aunque ninguno dijo nada, la tensión era palpable.

El choque final: Diego regresa

Justo cuando San pensaba que la situación no podía volverse más incómoda, Pippin regresó, esta vez decidido a pasar más tiempo con San. Al ver a July y Deede juntos, frunció el ceño, claramente captando lo que estaba sucediendo.

—Parece que llegué justo a tiempo para algo interesante —dijo Pippin con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

San, atrapado en medio de los tres hombres, sintió que el aire se volvía denso. July cruzó los brazos, Deede trató de mantener la calma, y Pippin se acercó aún más, como si marcara territorio.

—San, ¿podemos hablar a solas un momento? —preguntó Pippin, ignorando por completo a los demás.

—Creo que no es el mejor momento para eso —interrumpió July, con el tono protector que tanto le caracterizaba.

Deede, por su parte, dio un paso al frente, aunque con un tono más suave.
—San, si necesitas salir un momento, está bien.

San miró a los tres, sintiendo que estaba a punto de explotar.
—¡Basta! —dijo, más alto de lo que esperaba, logrando que los tres lo miraran sorprendidos—. Esto no puede seguir así.

La tensión se rompió, pero el caos apenas comenzaba. San sabía que esa noche sería un punto de inflexión: debía decidir qué quería, con quién quería estar, y si estaba listo para enfrentar las consecuencias de sus decisiones.